- El cuidado temprano de niños y niñas asegurará el éxito económico y social de la región a futuro, por ello la alianza público-privada trabaja mancomunadamente por este propósito.
La Región de Antofagasta, un territorio reconocido mundialmente por su liderazgo en la minería y el sector energético, enfrenta uno de sus mayores desafíos: la sostenibilidad del capital humano calificado. En un entorno altamente competitivo, las empresas requieren de trabajadores cada vez más capacitados para operar tecnologías avanzadas, gestionar procesos complejos y abordar los retos ambientales. En este contexto, surge la importancia del cuidado de la primera infancia como un eje fundamental para la formación de futuros profesionales capaces de liderar la industria.
El vínculo entre la calidad del cuidado durante los primeros años de vida y el desarrollo de competencias cognitivas, sociales y emocionales en la edad adulta, es innegable. Según datos del Ministerio de Desarrollo Social y Familia, un entorno adecuado para los niños de entre 0 a 5 años incrementa notablemente su potencial de adquirir habilidades críticas, tales como la resolución de problemas, la colaboración y la adaptación a contextos laborales exigentes, elementos clave para la minería y energía.
La Asociación de Industriales de Antofagasta, AIA, gremio líder en desarrollo sostenible en la región, hace más de 20 años impulsa iniciativas que van en beneficio de esta importante materia. Con una visión premonitoria de los nuevos tiempos, trabaja en diversas aristas que potencian el desarrollo de la primera infancia, con seminarios, charlas y capacitaciones para los agentes educativos, así como también, actividades lúdicas, fiestas comunitarias y apadrinamiento de jardines infantiles.
Marko Razmilic, Presidente de AIA, destacó que “contamos con un Plan Estratégico de Educación Inicial que busca potenciar y desarrollar las habilidades de nuestros niños. Identificamos todos los focos transcendentales para formar capital humano calificado en la industria, entendiendo que esto no solo representa un aporte significativo a la comunidad desde el punto de vista social, sino que es un imperativo para tener una industria más sostenible”.
Primera infancia: fundamento del capital humano
Diversos estudios destacan que el 90% del desarrollo cerebral se consolida antes de los 5 años. Esta etapa es crucial para la adquisición de habilidades lingüísticas, cognitivas y emocionales, que son la base para el aprendizaje posterior. En una región como Antofagasta, donde la automatización y la digitalización de los procesos mineros y energéticos han tomado un rol protagónico, el acceso temprano a una educación de calidad garantiza la formación de futuros trabajadores, capaces de enfrentar los retos tecnológicos que la industria impone.
La Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI) y la Fundación Integra son dos de las principales instituciones que en Chile promueven la atención y educación de la primera infancia. Según informes de estas entidades, el 2023 -solo en la Región de Antofagasta- más de 10.000 niños menores de 5 años accedieron a programas de estimulación temprana y educación parvularia, con un enfoque integral en el desarrollo de habilidades cognitivas y socioemocionales.
En un mundo donde la tecnología evoluciona rápidamente, las empresas mineras y energéticas buscan trabajadores que no solo dominen habilidades técnicas, sino que también posean la capacidad de adaptarse a los cambios, gestionar el estrés y trabajar en equipo. La formación de estas habilidades sin duda comienza en la primera infancia.
El Ministerio de Educación resalta que los niños que participan en programas de educación temprana tienden a desarrollar una mayor capacidad de autocontrol, empatía y habilidades comunicativas, aspectos esenciales para desempeñarse exitosamente en ambientes de trabajo colaborativos y de alta presión, como los que caracteriza a las faenas mineras y energéticas.
Impacto del cuidado infantil en el futuro laboral de la región
La minería en la Región de Antofagasta representa más del 53% de la actividad económica regional, mientras que la industria energética continúa expandiéndose con la implementación de energías renovables, particularmente solar y eólica. Esto significa que, en los próximos años, la demanda de trabajadores especializados seguirá con un incremento significativo; sin embargo, existe una brecha de competencias en la región, especialmente en el manejo de tecnologías de automatización, inteligencia artificial y sostenibilidad ambiental.
Ante este escenario, la inversión en el cuidado y la educación de la primera infancia no solo es una medida socialmente justa, sino una estrategia económica a largo plazo. Cada peso invertido en programas de desarrollo infantil temprano se traduce en una reducción de los costos asociados a la educación remedial, el desempleo juvenil y la capacitación laboral tardía.
Un ejemplo de lo anterior es el apadrinamiento de jardines infantiles de la AIA, donde diversas empresas se comprometen con la primera infancia. Aurora Williams, Ministra de Minería, señaló que “es importante destacar el apadrinamiento que hacen las empresas vinculadas a la minería en la formación de niños y niñas, ahí las educadoras y educadores de párvulos tienen un rol fundamental. Esta es una iniciativa ícono, dentro de lo que significa el trabajo de vinculación de la industria minera con los jardines infantiles de la Región de Antofagasta”.
Desafíos de Antofagasta en la formación de capital humano
Aunque los beneficios del cuidado infantil temprano son claros, la Región de Antofagasta enfrenta varios desafíos. De acuerdo con el Ministerio de Desarrollo Social, el 22,4% de los niños menores de 5 años en la región vive en situación de pobreza, lo que limita su acceso a servicios de salud y educación de calidad. Además, las largas jornadas laborales de los padres y la lejanía de algunas faenas mineras hacen que el acceso a programas de cuidado infantil sea más difícil, especialmente en zonas rurales y aisladas.
El gobierno regional, en conjunto con el sector privado, han implementado políticas para mitigar estos desafíos, cuyo objetivo es garantizar el acceso a jardines infantiles y programas de estimulación temprana, incluso en las comunidades más alejadas de los grandes centros urbanos. Este tipo de iniciativas permiten que más niños reciban la atención necesaria para su desarrollo, y que sus padres puedan trabajar sabiendo que sus hijos están en un entorno seguro y estimulante.
El cuidado de la primera infancia es mucho más que una responsabilidad social, es una inversión en el futuro del capital humano que sostendrá el crecimiento de la minería y la industria energética en Antofagasta y el país. A medida que estas industrias avanzan hacia una mayor complejidad tecnológica y automatización, la necesidad de trabajadores calificados y resilientes se vuelve imperativa.
Invertir en la primera infancia hoy significa asegurar el éxito económico y social de la región mañana, consolidando a Antofagasta como un referente mundial en la producción de recursos naturales y energías limpias. Las políticas y programas enfocados en el cuidado infantil no solo son esenciales para el desarrollo integral de los niños, sino también para la construcción de un futuro sostenible y próspero para toda la región.
Comunicaciones Asociación de Industriales de Antofagasta
5ta Edición Quién es Quién en la Minería – MINERÍA SUSTENTABLE 2024-2025