- Diversas iniciativas se han llevado a cabo, tanto en el ámbito público como privado, con miras a aumentar la participación de las mujeres, en una industria que ha visto los beneficios de fomentar la inclusión y la diversidad en sus procesos.
En la Región de Antofagasta, Chile y el mundo, la minería ha sido tradicionalmente dominada por hombres. Sin embargo, en las últimas décadas, un cambio significativo ha estado ocurriendo: la inclusión femenina en este sector ha ido en aumento, trayendo consigo tanto logros como desafíos que marcan un camino hacia la equidad de género en un campo históricamente masculinizado.
Según lo evidenciado en el sexto estudio: Mujer en Minería 2023, las prácticas y políticas que se han implementado en el país han sido exitosas en su objetivo de incorporar más mujeres a la industria, alcanzando una tasa de participación del 17,4% en empresas mineras. Por otra parte, encontramos desafíos como proporcionar las herramientas para desarrollarse mejor dentro de las organizaciones y aumentar la dotación femenina en empresas proveedoras, entre otros.
Mary Carmen Paz, segunda vicepresidenta de la Asociación de Industriales de Antofagasta, AIA, aseguró que “estamos convencidos que la integración de la mujer al mundo de la minería no es solo una necesidad del mercado, sino que un verdadero avance en el desarrollo de una industria más eficiente y sostenible”.
A pesar de contar con múltiples iniciativas en materia de género en el sector minero, aún existen brechas dentro del sector público como privado. De estas se destacan el empleo, la participación, roles de liderazgo, goce de beneficios y toma de decisiones.
Contexto nacional y mundial
A nivel nacional, Chile ha estado promoviendo activamente la participación de mujeres en la industria minera a través de iniciativas y programas de inclusión de género, como lo es la Política Nacional Minera (PNM), que busca incrementar en 35% la dotación femenina al año 2050. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para alcanzar la paridad de género en este sector.
Para Aurora Williams, Ministra de Minería, los esfuerzos gubernamentales van de la mano con la iniciativa privada, al señalar que “el mundo requiere minería, no es posible la transición energética sin ella. Nuestro compromiso es que las cadenas de valor surjan con más fuerza en los territorios donde se desenvuelven y, en ese sentido, la mejor forma de vincularse al territorio es efectivamente hacerse cargo de la brecha de este, contratando e incorporando las mujeres a la industria”.
A nivel mundial, la inclusión femenina en la minería es un tema relevante y urgente; si bien ha habido avances significativos en algunos países, en otros la brecha de género sigue siendo considerable. Organizaciones internacionales, como Mujeres en Minería (WIM, por sus siglas en inglés), trabajan para promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres a nivel global.
Logros actuales
En los últimos años, se ha observado un incremento en la participación de mujeres en la industria minera. Este progreso se ha logrado gracias a iniciativas de diversidad e igualdad de oportunidades implementadas por empresas mineras clave en la región. “Hoy en día, las mujeres están accediendo a lugares donde antes era impensado que pudieran acceder. La minería es de por sí una industria altamente masculinizada, pero hoy tenemos cifras que van en aumento exponencialmente en el incremento de mujeres”, indicó la SEREMI de Minería, Macarena Barramuño.
El acceso a la educación y la capacitación especializada ha jugado un papel fundamental en este avance. Es por esto que la AIA constantemente realiza programas de formación técnica que han permitido que más mujeres accedan a roles técnicos dentro de la industria minera, rompiendo con estereotipos de género arraigados en la sociedad. Para Claudia Costa, Directora Secretaria WIM Chile, “el trabajo con la AIA es fundamental para despertar la curiosidad de las jóvenes por las ciencias, la tecnología y la minería. Esos son rubros que todavía falta que logremos conquistar y, por ello, queremos trabajar día a día con las alumnas desde los primeros años”.
Dentro de esta misma línea, se han establecido canales de aprendizaje y capacitaciones a mujeres que son parte del área de influencia de las faenas mineras, impulsando iniciativas de Relacionamiento Comunitario, Programas de Aprendices, Programas de Relevo y Programas de Empleabilidad.
Desafíos a futuro
A pesar de los avances, la inclusión femenina en la industria minera aún enfrenta desafíos significativos. La brecha salarial de género persiste en muchos casos, con las mujeres ganando menos que sus contrapartes masculinas en roles similares. Por otra parte, la presencia de mujeres en roles de liderazgo sigue siendo limitada, reflejando la existencia de barreras estructurales y culturales que limitan su ascenso profesional.
Además, según el informe Políticas de género vinculadas al sector minero, elaborado por COCHILCO, 71% de las empresas de gran minería afirman no poseer políticas de conciliación laboral, familiar y personal para su equipo de trabajo, sino más bien, beneficios e iniciativas que aporten al bienestar laboral de las personas, como becas, permisos, flexibilidad horaria, entre otras.La seguridad y el ambiente laboral son áreas que también requieren atención. Las mujeres enfrentan desafíos únicos en entornos mineros, que históricamente han sido diseñados para trabajadores masculinos. Es crucial implementar medidas específicas para garantizar la seguridad y el bienestar de las mujeres en este contexto, así como promover una cultura laboral inclusiva y libre de discriminación.
Marko Razmilic, Presidente AIA, profundizó en estos retos pendientes, subrayando que “queremos transitar hacia una minería cada vez más inclusiva, lo que nos plantea desafíos relevantes, como disponer lugares adecuados para que las mujeres desempeñen su trabajo de manera óptima, hacer cambios en infraestructura y reforzar las sanciones frente al acoso o comportamientos irrespetuosos, entre otras medidas”.
En definitiva, la inclusión femenina en la industria minera representa un proceso en evolución, marcado por logros significativos y desafíos persistentes. Es crucial continuar avanzando en la promoción de la equidad de género y en la creación de entornos laborales inclusivos que permitan el pleno desarrollo y participación de las mujeres en este importante sector económico. Un desafío país que requiere la convicción de todos.