Por: Jorge Riesco
Presidente SONAMI
La reciente inauguración de Quebrada Blanca 2 (QB2), en la región de Tarapacá, representa un hito relevante en la industria minera chilena, no solo por su aporte a las metas de en la producción de cobre, sino también por su compromiso tangible con la sustentabilidad y la equidad social. Este proyecto de Teck implica una inversión audaz en tiempos de incertidumbre global y local. En ese sentido refleja la resiliencia de nuestro sector y el atractivo constante de Chile como destino minero, pese a la coyuntura actual.
Con una cartera de proyectos mineros valorada en más de 70 mil millones de dólares, la minería sigue siendo el pilar de la economía chilena y una gran fuente de oportunidades. QB2, en particular, destaca por su producción anual proyectada de 316 mil toneladas de cobre en sus primeros cinco años, contribuyendo significativamente al mercado global, especialmente en minerales críticos para la transición energética y la electromovilidad.
La construcción de QB2 representa un desafío monumental completado a pesar de la pandemia. En esta línea, refleja la fortaleza de la industria y su capacidad para adaptarse. Además, este yacimiento se ha convertido en un modelo de minería moderna, con un enfoque en el uso eficiente del agua, el diálogo con las comunidades indígenas y, muy importante, con la inclusión de un gran porcentaje de mujeres en su fuerza laboral.
La presencia del presidente Gabriel Boric en la inauguración resalta la importancia del proyecto para Chile. QB2 no es solo una mina; es un símbolo de progreso y de compromiso con prácticas más sostenibles, como el uso de agua desalinizada y energías renovables. Esta visión compartida entre el gobierno, la industria y las comunidades, es clave para enfrentar los desafíos climáticos globales, pero también para dimensionar los avances y el compromiso de la minería nacional con la sustentabilidad ambiental y social.
La operación ampliada de QB, con una vida útil inicial de 27 años, promete ser una fuente de empleo y crecimiento económico regional. Asimismo, la inclusión de un 30% de mujeres en su plantilla laboral y la participación de las comunidades locales en el desarrollo y beneficios del proyecto ilustran los valiosos progresos en la industria.
Finalmente, cabe destacar un aspecto interesante; el descubrimiento de restos humanos momificados durante la construcción en el área del puerto. Se trata de vestigios humanos con una data del año 1100 A.C., los que fueron documentados y preservados para futuros estudios científicos. La gestión de este hallazgo resalta la profundidad de la relación entre Teck y el patrimonio cultural local, demostrando respeto y compromiso con la preservación histórica. Asimismo, da cuenta de una minería que asume nuevos desafíos y formas de relacionarse con su entorno social, patrimonial y ecológico.