Dominique Viera Peñailillo, Vicepresidenta de Operaciones de Metaproject, perteneciente a una familia de tradición minera, y también de “mujeres que hacían cosas”, no solo se ha involucrado profesionalmente en esta industria, también ha participado en diversas asociaciones ligadas al sector, como Directora de Asociación de Proveedores Industriales de la Minería en Chile (APRIMIN), Directora de la Asociación de empresas Consultoras de Ingeniería de Chile (AIC),Vicepresidenta de la Cámara Minera de Chile y también participa como miembro en las actividades de la Asociación de industriales de Antofagasta (AIA).
Currículum
Los últimos años se ha dedicado a realizar mentoría a pequeñas empresarias y charlas a las nuevas generaciones de profesionales de las distintas universidades chilenas relacionadas con la minería.
Ha recibido premios y distinciones nacionales e internacionales. En 2021 Recibe la distinción como Líder Referente Empresarial por la Equidad entregado por el WEF – Women Economic Forum.
En agosto de 2018, recibe el reconocimiento como “Mujer Destacada en Minería”, en la categoría proveedores, distinción entregada por primera vez por el Ministerio de Minería. En septiembre de 2018, la Federación Rusa le entregó el Premio “BestAwardSpecial Price” por el proyecto de reciclaje de neumáticos mineros que dirige, durante el WOMEN AND THE ECONOMY FORUM (WEF) Foro APEC 2018, Papúa Nueva Guinea.
En 2008, obtuvo el cuarto lugar en la Competencia Mundial de Escuelas de Negocios “Management Game” organizada por Carnegie MellonUniversity (CMU) Pitsburg, EE.UU. En 2016 fue premiada por la DIRECON ministerio de RREE de Chile, como “Empresaria Destacada”.
Ingeniero comercial, con un magister en finanzas de la Universidad Adolfo Ibáñez, cuenta además con estudios en metalurgia en la Universidad de Santiago de Chile, y, una experiencia laboral que abarca compañías como Microsoft, IBM, KOTRA y la empresa de suministros mineros Larox de Finlandia. Es una impulsora de la incorporación de más mujeres a las industrias masculinizadas como la minería y petroquímica, participando de asociaciones como Woman in Mining Chile y RedMad (Red de Mujeres Alta Dirección).
- Dominique, ¿Qué opina de que se esté hablando de nacionalizar las compañías mineras?
Vuelve la idea de algunos sectores de nacionalizar la minería y es preocupante, porque el Estado no es eficiente como empresario. Las inversiones que se necesitan para desarrollar la minería en los próximos proyectos son de largo aliento y vienen periodos de perdida que son importantes. El Estado que hoy debe estar preocupado del bienestar social va a tener que dedicar mucho recurso, que muchas veces son el presupuesto total de la cartera de un año del presupuesto fiscal, va a tener que dedicarlo al desarrollo de un proyecto.
Se entiende que hay áreas que quieran nacionalizar, que digan que en algún minuto funcionó, pero también tienen que compararlo con la eficiencia hoy día que están mostrando los privados, con respecto a la misma industria de cobre nacional.
- ¿Cuáles por ejemplo?
Están pidiendo con esto que el Estado haga una inversión significativa, que no tiene cómo sustentar. Cochilco ha dicho que la inversión requerida para los próximos diez años en minería son US$68.000 millones; esto sin contar los varios miles de millones de dólares que significa mantener la minería privada operando. Tampoco se considera los puestos de trabajo que se van a perder, el gran impacto que va a generar.
Dar esta señal significa, además, decir a los inversionistas que todo puede cambiar. No es la idea, tenemos que ser un país serio; necesitamos inversión, porque eso provee de mayor recaudación, y así se pueden hacer muchas más cosas en temas sociales.
Se está hablando incluso de no pagar (indemnizaciones), de ir en contra de los privados. Creo que no es la guerra que tenemos que hacer hoy. Debemos enfocarnos en dar alternativas y señales que permitan mayor recaudación, a través de impuestos y, tal vez, mayor fiscalización, si es lo que preocupa; eso va a significar que podamos hacer más cosas.
- ¿Cuáles son los desafíos que enfrentan la industria?
Creo que como industria tenemos como principal desafío el recuperar y potenciar la credibilidad.
Debemos reconocer que se han cometido errores en el pasado, pero hoy existe la tecnología y el espíritu de hacer una industria mejor. Donde nuestras operaciones no dejen un mal impacto en las generaciones futuras, haciéndonos cargos de los pasivos de quienes pasaron antes de nosotros por aquí. Y, por el contrario, ser parte del desarrollo nacional, regional y local, con una industria en la que todos y todas seamos parte y disfrutemos de sus beneficios.
El problema de la credibilidad y confiabilidad, nos impacta a todos y todas, porque Chile no puede crecer sin desarrollar su minería y mantener su lugar competitivo a nivel mundial. El hecho de que cualquier voz, sin base técnica ni conocimiento de los procesos y el proyecto, pueda emitir juicios de valor a lo que una comunidad pueda escuchar e interferir en el desarrollo de proyectos es gravísimo. Más grave aún el hecho de que exista tecnología, por ejemplo, que permita el desarrollo de procesos sustentables y, aun así, estos no se puedan realizar por la crisis de confianza.
Pensemos que todos queremos un mejor vivir para las familias chilenas, pero el atentar contra la minería impide el avance al bienestar social, porque no hay otra industria en Achile que pueda generar los recursos para ese bienestar. De hecho, la industria minera, con los recursos que mueve, genera un hábitat que permite la investigación y desarrollo por sí solo, así como la generación de startups y emprendimientos locales.
Tenemos muchos otros desafíos, como la escasez hídrica, la generación de energía sustentable, la baja en las leyes de los minerales, pero todas las anteriores tienen solución probable a través de la tecnología. Lo lamentable es que, si las comunidades no confían en que podemos hacerlo sin generar pasivos estos desafíos nunca podrán ser abordados. Por lo mismo, creo positivamente en la incorporación de las mismas comunidades a los proyectos y labores mineras y a los organismos de fiscalización. Es imperativo que la información deje de ser asimétrica y podamos generar nuevas confianzas.
- ¿Cómo ha visto el proceso de mayor integración de las mujeres a las compañías y en los proveedores mineros?
La incorporación de la mujer ha ido en aumento. En la minería en general, como industria, estamos en un 12% de participación. Hay cargos que son más bien administrativos o de servicios, en que es más fácil avanzar, pero la tecnología ha permitido que en actividades que antes se necesitaba más fuerza física, también puedan ingresar las mujeres.
Hemos tenido un gran avance; en el último año aumentamos en un 57% la contratación femenina, respecto del anterior. Estamos cambiando paradigmas; recién en 1999 se permitió que pudiéramos entrar a las minas.
Los obstáculos que hoy tenemos son propios de la lejanía, los sistemas de turnos, pasa por temas personales. Creo que las mujeres tenemos que atrevernos; aprender a no ser juzgadas, porque muchas somos madres y estamos trabajando en sistemas de turnos. Obstáculos físicos o de capacidades son cada vez menos, es netamente interno.
Los proveedores siempre estamos dando una señal positiva. De acuerdo a una encuesta que realizó Aprimin, la participación femenina en el sector era de un 19%, esto es superior al total industria. Lo importante es que demos la posibilidad de que estas mujeres estén en puestos de toma de decisiones.
El futuro es bastante auspicioso, porque una vez que se cambian los equipos, se comienza a pensar diferente. Y los equipos son cada vez más diversos.
- Se suele decir que en Chile hay una desconexión entre la minería y el resto de los ciudadanos. ¿Que su padre, Manuel Viera Flores, fuera parte del ecosistema minero hizo que tuviera una percepción distinta?
Mi padre y también mi abuelo, que fue pirquinero, estaban fuertemente ligados a la minería, claramente eso te da una visión distinta. Pero también creo que esa desconexión se da en los que somos de la Región Metropolitana o la gente que vive en zonas no mineras.
En Combarbalá, por ejemplo -como muchos otros pueblos-, se ve como la comunidad, los servicios y todo lo que crece alrededor, está sumamente relacionado con el mundo minero, especialmente con la pequeña minería; se aprecia lo orgullosa que está la gente de trabajar ahí. Tienen cuentos, historias… se construye un mundo tan bonito, que hace que uno desde pequeño tenga otra predisposición. Es difícil que alguien te hable de que la industria minera es el enemigo, porque se ven las cosas positivas que trae para una comunidad.
Comunicaciones METAPROJECT