El presidente de la Sociedad Nacional de Minería (SONAMI), Diego Hernández, junto con entender y solidarizar con la situación sanitaría que enfrentan las comunidades de Quintero y Puchuncaví, estimó que el cierre de la Fundición Ventanas anunciado por el gobierno “es una medida apresurada y de enorme magnitud en sus efectos no sólo económicos y productivos, sino también sociales. Aquí el costo económico y social de cerrar Ventanas es mucho más alto que el costo de invertir en una nueva fundición que cumpla con las normativas medioambientales”.
El directivo sostuvo que en este caso se ha adoptado la medida más fácil en lugar de diseñar soluciones técnicas viables que no impliquen cerrar esta instalación, tirando por la a la basura toda la inversión que se ha materializado”.
Frente a la movilización de los trabajadores de Codelco, Hernández dijo que no se ha evaluado el impacto que tiene esta drástica medida, “ya que difícilmente estos trabajadores podrán conseguir un trabajo cercano y podrían eventualmente ser traslados a zonas más lejanas con el consiguiente impacto en su vida familiar”.
Es por esto que para Diego Hernández, Presidente de la Sonami, la medida ha sido apresurada, explicando que “Este gobierno en su programa favorece la construcción de fundiciones en Chile, y aumentar la capacidad de fundiciones de concentrados de cobre en el país, y la primera medida que toma es cerrar la fundición de Ventanas, y no se sabe por cuál otra la va a reemplazar. No se sabe dónde se va a crear una nueva, de qué tamaño, etc. Por eso yo la considero apresurada. Porque si esta Fundición va a ser reemplazada por otra uno dice bueno, pero hay que tener un plan de reemplazo.” Agregando que “La construcción de una fundición no se hace en un año, es más, en este periodo presidencial no se va a poder construir una fundición nueva que reemplace Ventanas, no hay tiempo para ello”.
Respecto al juicio sobre el daño ambiental que aseguran es el que causa la fundición, Hernández cuenta que “se ha invertido mucho dinero para ir mejorando esto y, hoy en día, Ventanas cumple con los estándares actuales que exigimos. Lo que se dice es que estos estándares van a aumentar y, si aumentan, la inversión que habría que hacer es muy alta. Pero, de acuerdo a la ley vigente, cumple”.
“Los trabajadores lo que dicen es que con 53 millones de dólares la fundición puede aumentar la captura de gases”, asegura Diego Hernández.
Ante estas cifras millonarias de inversión, se toma la decisión de llegar al cierre, y de esa manera proteger la salud y vida de la población, según lo que han declarado voces entendidas en la materia. Sin embargo, el Presidente de SONAMI explica que “Nadie tiene cifras duras de cuánto costaría hacer una fundición en Chile, porque para poder hacer ese estudio, primero habría que saber dónde se pondría dicha fundición”, entendiendo así que todo lo que se pueda especular son solo cifras gruesas de estudios antiguos, realizados a comienzos de los años 2000.
Un escenario no menos preocupante, es la de la situación de la pequeña y mediana minería, y de los proveedores industriales de la región. Esto, pues tal como lo cuenta el Presidente de SONAMI, “Alrededor del 30% de lo que funde Ventanas viene de la pequeña y mediana minería, y eso habría que fundirlo en otro lugar” con los costos asociados al traslado de llevarlo a mayor distancia, y otro sistema operacional con los fletes. Además de lo anterior, Hernández dice que “Al dejar de fusionar, hay 420 mil toneladas de concentrado, de capacidad anual, que se funden en Ventanas, que se dejaría de fundir en Chile, lo que trae consecuencias económicas en la zona, y consecuencias económicas a nivel nacional”.
“Nadie ha explicado qué se hará con los pequeños y medianos, porque no se ha negociado esto con ENAMI. Tampoco se ha dicho que Codelco tiene una disposición legal que obliga a concentrar estas cantidades en Ventanas, entonces, el directorio al paralizar dejará de cumplir la ley”. Asegura Diego Hernández.